Arthur Schopenhauer:
"Toda verdad pasa por tres fases.
Primero se la
ridiculiza.
Segundo,
genera una violenta oposición.
Tercero,
resulta aceptada como si fuera algo evidente".
“Todos sabemos
desde siempre que la tierra es redonda y que gira alrededor del sol”, ¿o no?
La “verdad”
que vengo a exponer en nombre de Córdoba Laica es que la titularidad de la
Mezquita-Catedral corresponde a la ciudadanía de Córdoba.
Desde Córdoba Laica planteamos que existen dudas razonables sobre
la “legitimidad” de la Iglesia católica para autoproclamarse dueña de la M-C,
al entender que la legislación hipotecaria en materia de inmatriculación de
bienes inmuebles eclesiásticos utilizada por dicho organismo va en contra de
los principios constitucionales de igualdad ante la ley (Art. 14) y de la aconfesionalidad
del Estado (Art. 16.3) que establece que “ninguna
confesión tendrá carácter estatal”.
Se ha tratado de equiparar a
la iglesia católica como “Entidad de
Derecho Público” y a los obispos diocesanos con funcionarios públicos, pudiendo ser considerada, esta
legislación hipotecaria, como un procedimiento anacrónico, resquicio de un
modelo de relaciones Iglesia-Estado de corte confesional que fue superado por
la entrada en vigor de la Constitución Española de 1978.
Actualmente no cabe asimilar
los fines religiosos con los públicos, ni a los miembros de una Confesión
religiosa, por muy cualificada que sea su posición dentro de la misma, con los
funcionarios públicos.
El CANONIGO ARCHIVERO
DE LA CATEDRAL, al referirse a la propiedad de
la Mezquita declara: "No hay que
justificar lo evidente"
Tan evidente como que la
tierra estaba quieta y era el sol el que giraba alrededor de ella.
Además, insta a la Junta a "no hacer el ridículo, porque en
la UE se lleva poco un asalto a la propiedad privada".
Totalmente de acuerdo con
este Sr. pues es evidente que lo que se lleva en la Unión Europea al igual que
en nuestro país es “el asalto a lo
público” en beneficio de algunos privilegiados, entre los que, como todos
sabemos en nuestro país, se encuentran los bancos y la Iglesia Católica.
Por otro lado resulta paradójico que José Antonio Nieto, Alcalde de Córdoba, asuma la defensa de los privilegios del cabildo catedralicio por encima del interés común de la ciudadanía a la que representa.
Quiero recordarle al Sr. Alcalde que:
El indicador por antonomasia del buen hacer de un gobierno, y por extensión de un buen gobernante, es cómo atiende los intereses de su pueblo, en especial de los más débiles, y si es capazde protegerlo sobre todo durante los tiempos dificiles y frente a los poderosos.
Evidentemente nos encontramos
ante un hecho histórico, dada la trascendencia que tendrá, independientemente
del resultado final, por lo que el Sr. Alcalde podrá ser recordado como aquel
que defendió jurídica, política y socialmente la pertenencia de la
Mezquita-Catedral al pueblo de Córdoba o por el contrario quien dio la espalda
a su pueblo para posicionarse del lado de la poderosa iglesia católica, cuya
jerarquía, no olvidemos, obedece y depende de un jefe de estado extranjero.
En Córdoba tenemos el caso de un Alcalde, el Sr.
Anguita, que en 1980 con el apoyo de los ciudadanos, las leyes y la negociación
con sus propietarios, evitó el expolio al extranjero de los tesoros de otro
monumento emblemático de nuestra ciudad, como es el Palacio de Viana.
Desde Europa Laica
denunciamos la ilegitimidad y presunta inconstitucionalidad de esta absurda
situación y exigimos responsabilidades a los poderes públicos que lo están
permitiendo, requiriendo a los grupos políticos con representación
parlamentaria que modifiquen con carácter retroactivo el articulo 206 de la Ley
Hipotecaria y el 304 de su Reglamento,
adaptándola a la situación democrática y constitucional del momento.
Por otra parte hacemos un
llamamiento a los ciudadanos cordobeses para que se movilicen en defensa de sus
intereses, reclamando la devolución de la Mezquita-Catedral al Estado Español (no a ninguna secta,
religión u organismo extranjero) quien mediante una Fundación o Patronato
Público, del que formarían parte el Ayuntamiento de Córdoba, los Gobiernos
Regional y Central, la
Universidad y, en su caso, entidades privadas de carácter cultural o de investigación,
y en la que se garantice la
transparencia en todos los aspectos de su gestión, incluida la económica, y
cuyos beneficios, si los hubiere, reviertan en Córdoba y los cordobeses.
Antonio Pintor Álvarez
Córdoba Laica 11 de Marzo
2014
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