Últimamente el circo mediático ha desplazado a sus
protagonistas habituales, “los payasos”, interpretados de manera brillante por
financieros, gobernantes, políticos, “periodistas”, tertulianos, etc. por otros
“artistas cirquenses” entre los que encontramos, titiriteros, trileros y
equilibristas.
Cantaba el genial Joan Manuel Serrat allá por los años
setenta su canción “El titiritero”, cuyo estribillo decía:
-
“¡Allez hop!
¡Titiritero, allez hop! de feria en feria.
Siempre risueño, canta sus sueños y “sus miserias”
Siempre risueño, canta sus sueños y “sus miserias”
Y precisamente ha sido esto, “sus miserias”, las que han
salido a relucir como consecuencia del desafortunado incidente de Madrid, pero no solo
las de los titiriteros como nos dice la canción consistentes en soledad,
tristeza y pobreza, junto a la amenaza constante del poder hacia ellos por la
utilización satírica de su inteligencia transgresora, algo que no suele gustar
a los poderosos que prefieren la estupidez sumisa y aduladora. Como decía no
sólo se ha puesto en evidencia las “miserias” de los artistas sino las de los
ciudadanos ante la muestra de intolerancia, estrechez en la libertad de
expresión y desnortados representantes de las diversas instituciones y de la
“gente de bien”, entre los que destaca el ministro del interior Jorge
Fernández Díaz que ve a los cómicos como terroristas, al tiempo que
considera que la organización Hazte Oír es de “utilidad pública”, a pesar de que
la
jueza española López Castrillo haya considerado probada y "esencialmente
veraz" su vinculación con la secta terrorista de extrema derecha El
Yunque, y
pese a lo cual “el
dirigente ultraconservador del Partido Popular ha mantenido la concesión a esta
asociación a la que incluso los obispos de Toledo o Getafe han prohibido el acceso a sus diócesis (parroquias, delegaciones diocesanas…) para que
“no puedan dar a conocer o promover sus iniciativas”. Menos mal que este
Sr. es ministro y no médico, pues viendo el “ojo clínico” que tiene ya podemos
imaginarnos donde acabarían sus enfermos. En fin que esta gente, a modo de
península, ven el peligro por todas
partes menos por una, la derecha, por muy extrema que sea.
Por otro lado tenemos a “los trileros”, esos embaucadores que nos hacen mirar con su
palabrería hacia el cubilete vacío mientras se quedan con nuestro dinero. Aquí
nos encontramos con una dura competencia por el protagonismo en el espectáculo,
entre los agrupados en el llamado “partido popular por su podredumbre” plagado
de saqueadores de lo público para beneficio particular o del grupo, y la
iglesia católica, entre cuya jerarquía se ha establecido una dura competición
para ver quien consigue apropiarse de mas inmuebles del erario público, siendo un elemento destacado
en este ranking el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ¡otro Fernández! que además de los muchos inmuebles ha
conseguido la “joya de la corona” la Mezquita-Catedral de la ciudad registrada
por su antecesor en el cargo por solo 30 monedas , todo ello con la inestimable
ayuda de los que teniendo la obligación de vigilar y proteger estas propiedades
se han dedicado a mirar hacia otro lado o colaborar con ellos facilitándoselo.
Finalmente tenemos el tercer grupo de artistas de esta
triada circense, se trata de los “equilibristas”,
siendo los máximos representantes de ellos los cargos públicos del PSOE-A, y dentro
de éstos la “Pinito del Oro” es Rosa Aguilar que se hizo pasar por comunista
para conseguir la alcaldía de Córdoba cuando,
gracias a la figura de Julio Anguita, ser comunista era una opción electoral ganadora en nuestra
ciudad, posteriormente se “transfugó” al PSOE consiguiendo que un despistado
Rodríguez Zapatero la nombrara ministra y en la actualidad la clerical
presidenta de la Junta de Andalucía la ha nombrado Consejera de Cultura,
seguramente para transmitir a la jerarquía eclesiástica que no deben
preocuparse por las declaraciones que por conveniencia electoralista se vea
obligada a hacer, que lo importante son los hechos y éstos demuestran de manera
reiterada su sumisión al poder eclesiástico. Lo demostraron en el pleno
municipal absteniéndose en la votación sobre la Mezquita, en el Congreso de los
Diputados cuando la Plataforma de defensa del patrimonio Navarro, Europa Laica, la Plataforma Mezquita-Catedral y un colectivo de Cristianos de base fueron a
pedirles la firma para conseguir los 50
diputados que se necesitaban para poder tramitar el “Recurso de Inconstitucionalidad” de la ley franquista reformada por Aznar para legalizar
el expolio ¡y no firmó ni uno! y lo
acaban de hacer en el Parlamento andaluz donde se han negado a apoyar la
propuesta de Podemos para solicitar el listado de inmatriculaciones de la
iglesia, condición básica para poder reclamar aquellas que se considere que no
le corresponden.
Algún día los cordobeses tendremos que mostrar “el
agradecimiento” a la ex alcaldesa, ex ministra y actual consejera por su
“importante” labor desarrollada en la ciudad, gracias a sus excelentes
relaciones con el cura-banquero- artífice de la ruina de Cajasur (Miguel Castillejo),
con el joyero- constructor-político- condenado en el caso Malaya y máximo
deudor del ayuntamiento de la ciudad (Rafael Gómez “Sandokán”) y los obispos
inmatriculadores de los monumentos más emblemáticos de la ciudad Juan José
Asenjo (en la foto) y Demetrio Fernández.
Quizás una manera de reconocer su “inestimable” labor en la
ciudad podría ser nombrándola “persona non grata”.