En un artículo anterior “El cerebro y las decisiones
políticas” reflexionaba sobre las causas que, según los experimentos
científicos, nos inclinaban hacia una opción política concreta. En éste, de una
manera menos científica y algo irónica
pues se analiza desde “mi” escala de valores, pretendo
hacer ver las consecuencias de las elecciones que hacemos.
Carlo M. Cipolla nos advierte en su breve ensayo sobre “Las leyes fundamentales de la estupidez
humana” que la humanidad se encuentra en un estado deplorable. Añade que
desde Darwin sabemos que compartimos nuestro origen con el resto de las
especies del reino animal, las cuales
tienen que soportar sus dosis cotidianas de tribulaciones, temores,
frustraciones y adversidades. Sin embargo, nosotros los humanos tenemos que
cargar con una dosis extra de tribulaciones cotidianas ,provocadas por un grupo
de personas pertenecientes al propio
género humano y que sin estar organizados actúan en perfecta sintonía. Como si
estuviesen guiados por una “mano invisible”, similar a la de los mercados, pero
que en este caso si funciona, consiguiendo una gran eficacia en la actividad del
grupo, son los “estúpidos”. La 1ª Ley ya nos pone en guardia, pues dice que “Siempre
e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos
estúpidos que circulan por el mundo”.
Aclaremos a qué se refiere Cipolla cuando habla de estupidez
humana y de individuos estúpidos.
Ante cualquier acción, u omisión, cada uno de nosotros
obtiene una ganancia o una pérdida, y al mismo tiempo proporciona una ganancia
o una pérdida a algún “otro”.
Esto lo podemos ilustrar mediante una gráfica:
El eje de la “X” mide la ganancia o pérdida del sujeto
analizado. A la derecha del punto “0” estarían las ganancias y a la izquierda
las pérdidas.
En
el eje “Y” se registra la ganancia o pérdida que obtiene el sujeto, grupo o
“ente” con el que interactúa el sujeto analizado. En la parte superior del
punto “0” estarían las ganancias y en la
inferior las pérdidas.
Como podemos observar de esta interacción obtenemos cuatro
cuadrantes que se corresponden con las cuatro categorías fundamentales en las
que Cipolla clasifica a los seres
humanos: los “incautos” (H), que con
su acción obtienen perdidas para ellos y beneficios para los otros; sus
opuestos que serian los “malvados”
(M), que con su acción obtienen beneficios a costa de otros; los “inteligentes” (I), quienes actúan de
manera que todos ganan; y sus
antagónicos los “estúpidos” (E), que
consiguen que todos pierdan.
Si trasladamos esta tipología humana al terreno electoral
observaremos que los electores se comportan muchos como incautos y la mayoría
como estúpidos. Veamos.
Si el escenario sobre el que enfocamos la conducta electoral
lo centramos en los aspectos económicos, democráticos, laborales y sociales
como elementos constituyentes de lo que denominamos “estado del bienestar”,
comprobamos que hasta ahora, y parece que, desgraciadamente, esta tendencia
continua, la mayoría social del país, que se encuentra entre las víctimas de
las medidas adoptadas por nuestros gobernantes y los oligarcas que los manejan,
a la hora de emitir su voto lo hace volviendo a elegir a quienes son las causas
de sus desgracias-PP-PSOE en España - y la derecha europea y la
socialdemocracia en Europa. Es decir, su conducta electoral les perjudica y, en
cambio, beneficia a quienes los hechos muestran que nos han llevado a la
pobreza mediante las múltiples estafas, corrupciones de todo tipo y legislando en
beneficio del capital a costa del resto de la población. Este es un ejemplo
típico de conducta incauta, pues con su voto se perjudica a sí mismo y a los
que comparten su situación socioeconómica (trabajadores, desempleados,
jubilados, discapacitados, etc.) en beneficio de “otros” (capital) que precisamente son el origen de
sus penurias y calamidades.
Si tomamos al planeta Tierra, o sea a nuestra “Casa común”,
como sujeto sobre el que recaen las consecuencias de nuestras decisiones
electorales, entonces pasamos del grupo de los incautos al de los estúpidos, y
como confirmación de la primera ley, el número de éstos se eleva muchísimo,
pues las políticas de los que hasta ahora han obtenido la mayoría de los votos
en nuestro país (Partido Popular y PSOE) nos llevan al desastre medioambiental
al estar ambos sometidos a los intereses del capital, actuando con una
obstinada negación del calentamiento climático, acentuando la crisis
energética, la hecatombe de la diversidad biológica, y en general la crisis ecológico-social
como consecuencia de su empecinamiento en salir de la crisis económica y
financiera mediante lo que ellos llaman crecimiento, sin reparar que nuestro
planeta ha llegado al límite de la agresión tolerable y que no podemos seguir
creciendo de manera infinita en un espacio limitado. Según los informes de
múltiples organismos internacionales hemos sobrepasado varias líneas rojas
(emisiones de CO2, agujero de la capa de ozono, acidificación de los océanos,
aumento de los aerosoles en la atmósfera, extinción de especies, escasez de
agua dulce, etc.) entrando en la “Era de la Catástrofe”. Pues la demanda
mundial de recursos naturales renovables supera en un 50% lo que la Tierra
puede suministrar de forma sostenible. Si nos fijamos en indicadores
como la “huella ecológica",
estamos más allá de los límites del planeta ya que estamos empleando
aproximadamente un 150% de su biocapacidad. España tiene el “honor” de
encontrarse entre los países mas insostenibles del planeta, pues la huella ecológica
promedio de su población era en 2010 de 5.4 hectáreas, cuando lo deseable es
1.8 ha, superando la media del 150% según informa el Fondo Mundial para la
Naturaleza.
Lo peor de todo es que se conocen las causas y las
soluciones a aplicar, pero al igual que ocurrió con el antisemitismo nazi, en
el que la mayoría de los alemanes y resto de europeos, miraron hacia otro lado
en lo que algunos denominan “Denegación”, con "la crisis ecológico-social
global", que no es otra cosa que el choque de las sociedades industriales contra
los límites biofísicos del planeta, nos está ocurriendo lo mismo. Negando
realidades patentes y ocultando sus causas y soluciones, entrando desde hace
unas décadas en lo que de manera similar a la “denegación de ayuda” hacia las
comunidades masacradas de manera inhumana por los nazis, escudándose en “no lo
sabíamos”, que en realidad era un “ no queríamos saber”, estamos expoliando los
recursos naturales a unos límites que nos están llevando a convertir nuestro planeta en un lugar incompatible con la
vida humana, mientras seguimos instalados en la “Era de la
Eco-Denegación”.
A pesar de saber que las leyes de la
termodinámica y de la ecología restringen las opciones humanas, actuamos ignorándolas.
“Llaman eco-pesimismo
a lo que es simplemente superación del eco-analfabetismo
y rechazo de la eco-denegación”.
Sin embargo las leyes de la estupidez humana nos conducen a
un escenario en el que incluso los que están obteniendo beneficios económicos
como consecuencia del expolio a los ciudadanos –Malvados- se verán perjudicados
pues la destrucción de nuestro hábitat al que nos están llevando también
acabará afectándoles. Aunque obviamente dado que tienen más medios serán los
últimos en sufrir las consecuencias, pues robaran y eliminaran a quienes les
estorben, hasta que la tierra sea completamente inhabitable y entonces perecerán como el
resto. En definitiva elegimos a quienes con su visión cortoplacista y afán de
acumular dinero están destrozando el planeta en el que vivimos, llevándonos a
la destrucción del ser humano, ellos incluidos.
A largo plazo todos perdemos cuando actuamos de manera
estúpida.
El 25 de mayo se presenta una oportunidad de cambiar el
rumbo de las cosas.( En estos momentos la fecha del cambio para los andaluces es el 22 de marzo. Ojalá "Andalucía diga NO a Susana Diaz" y el resto de España expulse al "Partido Podrido" que nos gobierna a través de delincuentes en los cargos públicos). Espabilemos.
Votemos por aquellos partidos que defienden y proponen
medidas para la sostenibilidad del planeta, mejorar la democracia, gobernar
para los ciudadanos y no estén sometidos a la dictadura del poder económico.
Nota: Este escrito tiene un corolario, pues como indicaba al
principio del mismo, este análisis está hecho desde los valores que defiendo:
“Altruismo social” concretado en la defensa del bien común; “Altruismo
Ecológico”, defensa del Planeta por encima de localismos, Erradicación de la
pobreza, Democracia..., que evidentemente no son los que predominan, al menos
en la práctica, por ello asumo que la mayoría pensarán que el incauto y/o
estúpido soy yo.
Me ha gustado muchísimo .Solo añadir que la estupidez no solo está en el acto de votar , también en el de imitación, teniendo como modelo de comportamiento a estos personajes, de forma que desde mi pequeño ámbito si puedo robar lo hago y si puedo acabar con el entorno también . En fin, nunca se puede generalizar sin errar pero en el caso medioambiental da bastante miedo.
ResponderEliminarTe quiero so guapo
Antonio, por un momento he visto este razonamiento tan correcto que estaba dispuesta a votar en el sentido que decías y ser lista, pero analizando qué vota el PP, qué legisla el PP y cómo se comportan los del PP veo que difieren bastante de los del Psoe. Es verdad que muchas veces coinciden, es verdad. Pero como tú los equiparas absolutamente ahora estoy un poco trastornada y perpleja y no sé muy bien qué hacer.
ResponderEliminarBesos,
Querida amiga Manuela, tu duda es razonable y las diferencias existen. Unos practican un capitalismo salvaje sin importarles las personas ni la naturaleza (PP) y Psoe intenta, a veces lo consigue, humanizar el capitalismo. Pero si lo miramos desde un punto de vista "radical", de ir al la raíz, ambos apuestan por un capitalismo basado en un crecimiento y consumo insostenibles al nivel planetario y que sigue siendo posible en unos países a costa de la explotación de otros. Un abrazo y solo es una reflexión que me gusta compartir con amiga@s como tu, al las que agradezco su lectura y comentarios
EliminarEvidentemente la estupidez humana no tiene límites y no lo digo como un tópico. Llevando esto al terreno educativo, que es el que domino, no me extraña que la inercia estúpida se extienda dado el "perfil" que se busca: persona fácilmente manipulable, escasamente crítica y muy predispuesta a que le manden otros ¿Y quienes son esos otros? Pues un atajo de malvados (también educados en el sistema pero sabiéndose con la "gracia" del pícaro líder) con máscara y verborrea de inteligente que consiguen que todos y todas funcionen como estúpidos con lo cual la inercia, como dije, está servida y este círculo vicioso no se acaba nunca.
ResponderEliminarYa es hora de que la educación comience a formar ciudadanos y ciudadanas inteligentes y libres y para ello solo hay que dejar que los niños y niñas se desarrollen según sus intereses y sin el peso de lo políticamente correcto. De esta forma la Naturaleza comenzará a dejar de padecer a la especie humana como plaga tal y como lo está haciendo hasta ahora y la humanidad lo agradecerá.
Una vez más amigo Antonio gracias por tus acertadas y "sembradas" reflexiones.
Rocío
Hola Antonio, soy Mavi, de Madrid, una de tus huéspedes de este fin de semana. Me ha gustado mucho tu artículo y comparto todo lo que dices. En especial me ha gustado mucho tu teoría de la eco-denegación. Hace poco me he leído un libro que se llama "La cuenta atrás" de Alan Weisman, que habla precisamente del problema de la sobreexplotación del planeta, enfocándolo desde el punto de vista demográfico: el crecimiento desorbitado de la población mundial que lleva al cataclismo medioambiental. Y cómo los economistas hablan de crecimiento y crecimiento cuando es inviable ese futuro. Es muy interesante y aboga como solución al problema demográfico, la educación de las mujeres para el control de la natalidad. El autor, periodista estadounidense, ha viajado por 22 países, entrevistándose con mujeres sobre anticoncepción y políticas de control de natalidad. Y da muchos datos sobre la sobreexplotación agrícola y demás. Bueno, espero no ser ni incauta ni estúpida en las próximas elecciones. Un saludo, Mavi
ResponderEliminarMuchas gracias Mavi por tu comentario y la informacion que aportas. Mi esperanza es que llegue un momento en que la humanidad consiga desmentir esas leyes. Un abrazo
ResponderEliminarEn ésta sociedad en la que vivimos,querido Antonio,pienso que pensamos menos en el colectivo y mucho más en lo individual,mi bienestar personal;pensamos en el hoy y no en el mañana.Somos localistas y no tenemos conciencia de habitantes del planeta,y por supuesto el altruismo es cualidad que se practica poco.
ResponderEliminarLlevándolo al ámbito de nuestra empresa y la relación de los profesionales con los gestores de turno,pienso que también se cumplen éstas leyes en cuanto a incautos u estúpidos se refiere,tú ya me entiendes.Ah! lo de pensar que eres incauto o etúpido nada de nada,
Un saludo compañero.
Muchas gracias amigo y compañero de muchas fatigas,alegrías, ilusiones y desencantos. Lo mejor de todo es la persistecia de los afectos y amistad. Un abrazo querido Joaquín.
EliminarQuerido Antonio, gracias por tu magnífica disección del cuerpo electoral que tanto nos puede ayudar a entender la gravedad de la situación: si con una mayoría de incautos y estúpidos, mediante una cada vez más exigua democracia, los "inteligentes" pretendemos cambiar a los malvados o, al menos, quitarles el poder, entonces... entonces, por decirlo finamente, estamos jodidos.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo en que la estupidez humana nos impide salir de este precipicio en el que hemos caído o, peor aún, en el que estamos cayendo todavía sin apenas ser conscientes de que el suelo está cada vez más cerca y no hay paracaídas de seguridad. Cada día descubrimos nuevas capas de esta inmensa farsa en la que se ha convertido esta civilización depredadora y egoísta.
La estupidez humana nos ha traído hasta este desastre y la misma estupidez nos impide tomar las decisiones adecuadas.
En efecto, comprobamos la primera faceta de la estupidez cada día cuando vemos como casi todos los que hemos reflexionado un poco, sabemos que un sistema socio-económico basado en la competencia lleva inexorablemente a un desgaste fratricida, que el crecimiento permanente nos lleva al agotamiento tanto de los recursos como de la capacidad de regeneración del planeta y que convivir con las múltiples formas de parasitismo social como la banca, la especulación (con La Bolsa a la cabeza) o el fraude fiscal, entre otras lacras, igualmente nos está pasando una factura sin precedentes y, sin embargo, a pesar de estas obviedades muy pocos hacemos algo.
Respecto a la segunda faceta de la estupidez, también sabemos que los que nos han traído hasta aquí, como los incautos que han demostrado reiteradamente su incapacidad para reconocer la gravedad de la situación, o los estúpidos que tienen una falta absoluta de ideas, que se empeñan en hacernos pagar los platos rotos a los más débiles, que nos han convencido de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y que se aprovechan quitarnos derechos tan duramente conseguidos a lo largo de la historia, a todos esos "malvados", como tu bien dices, los incautos y sobre todo los estúpidos les volverán a votar.
Si seis millones de parados no son suficientes para sacar a la calle todos los días a este país hasta que se cambie el sistema, desde los cimientos hasta la cubierta, es que probablemente la humanidad, tal como la conocemos hoy, desaparecerá enferma de estupidez humana.
Un fuerte abrazo,
Fernando Gallego
Amigo Fernando, empezaba a echar de menos tus sesudas reflexiones complementarias a mi artículo. Muchas gracias. Un abrazo.
ResponderEliminar