martes, 18 de julio de 2023

Elecciones. Ignorancia, odio y mentiras como programa electoral.

A la entrada del campo de concentración de Auschwitz aparece la frase del filósofo español Jorge Ruiz de Santayana: “Quien olvida su historia está condenado a repetirla”.

Hace 87 años, en nuestro país un grupo de militares golpistas apoyados por los poderes económicos y la Iglesia Católica dieron un golpe de estado que provocó una guerra civil con centenares de miles de muertos y, tras el triunfo de los golpistas, una cruel dictadura que nos sumió en la miseria social y cultural durante cuatro décadas. Hoy, a pesar del sufrimiento causado, los herederos políticos de esa dictadura están imponiendo su discurso guerracivilista a la derecha democrática que está cediendo en sus pretensiones para poder gobernar.

Estamos en la antesala de unas elecciones generales y a las promesas habituales, en ocasiones exageradas y condenadas a no cumplirse, en esta ocasión la estrategia por parte del bloque de las derechas está siendo la mentira y el odio, pues la ignorancia hace tiempo que es la seña de identidad de sus representantes más visibles y carismáticos. Una mezcla explosiva que nunca puede llevar a buen puerto.

A falta de propuestas programáticas por su parte y casos de corrupción que denunciar por parte de los gobernantes actuales, su discurso se limita a repetir el mantra que tan buenos resultados les dio en las elecciones municipales, consistente en descalificar al gobierno mediante mentiras y ataque "ad hominem" centrado en la persona del Presidente. Un gobierno que ha tenido que enfrentarse a las condiciones más adversas de cualquiera de las legislaturas del periodo democrático de nuestro país y que, a pesar de una oposición destructiva, lo ha logrado sacar airosamente del pozo en el que la pandemia primero y la guerra de Ucrania después nos habían metido.

Da igual el tema a debatir, podemos asegurar que hablaran de ETA, violadores y pederastas excarcelados por la “ley del solo sí es si”, de la fractura de España y de gobierno Frankenstein. Todo ello cargado de mentiras y odio sobre el Presidente Pedro Sánchez, al que consideran la encarnación del mal.

La amnesia que una parte importante de la población padece, puede llevarnos a la antesala de la dictadura franquista si observamos lo que desde el bloque de las derechas se vocifera y se aplica en comunidades y ayuntamientos donde esta coalición gobierna.

Ciencia, cultura y derechos fuera, volvamos a los curanderos para los problemas de salud al tarot y al horóscopo para saber qué futuro nos espera, de esta forma ahorramos en médicos y en investigación. Además, evitamos dar las malas noticias a la población sobre las consecuencias del cambio climático y el deterioro de las condiciones de vida en la Tierra, que los organismos científicos nos vienen alertando. Practiquemos la política del avestruz y continuemos la fiesta, a ser posible de los toros.

Amnesia que les hace olvidar, a los partidarios del PP, sus orígenes en un grupo de exministros y altos cargos de la dictadura franquista, que cambiaron de la noche a la mañana la camisa azul por el traje democrático hecho a medida para poder encajar sin que se rompieran las costuras. Su fundador más relevante y presidente de honor durante muchos años fue Manuel Fraga, ministro franquista y simpatizante del nazismo. Basta echar una mirada a la hemeroteca para tener idea de “sus méritos”. Sin embargo el problema es ETA que persiste en forma de Bildu. No importa que sus componentes, o no hayan tenido relación con dicha organización o llevan años caminando en dirección centrifuga respecto a la misma. A veces con riesgo de sus vidas, como el caso de Yoyes.

A pesar de llevar en su seno a los nostálgicos del franquismo, el PP al final de la dictadura inició un camino centrífugo hacia la democracia para ocupar el espacio político de un partido conservador. Esta situación ha cambiado y las fuerzas reaccionarias del partido han iniciado un giro centrípeto de vuelta a sus orígenes.

La otra coletilla que lanzan de forma maliciosa, son las desagradables consecuencias producidas por una aplicación “sui géneris” de la “Ley de Garantía Integral de Libertad Sexual”, conocida como la “Ley del Solo el sí es sí”. El hecho de que se hayan producido excarcelaciones al reducirse las condenas de violadores y pederastas, que aún tendrían que permanecer en prisión un tiempo limitado, pues en España no existe la cadena perpetua, lo han utilizado para erigirse en defensores a ultranza de mujeres y niños víctimas de criminales sexuales y, sobre todo, acusadores hasta el extremo de señalar al Presidente como responsable de una ley que, en su propaganda, se ha hecho para proteger a los delincuentes sexuales en lugar de a las víctimas. Obviamente es una mentira más, ya que si realmente les preocupasen las violaciones, habrían levantado la voz para que se castigue en vez de ocultar y proteger a los miembros de la Iglesia Católica acusados de pederastia, tan extendida en su seno que se ha convertido en un escándalo a nivel mundial.

España se rompe por culpa de un gobierno que no frena el independentismo catalán y los trata con guantes de seda, es decir con dialogo y medidas políticas en lugar de amenazas y aplicación de la fuerza. El odio hacia Cataluña, por parte del nacionalismo españolista durante el gobierno de Rajoy, se potenció hasta unos extremos que era difícil ser catalán y no querer abandonar esa España que tanto odio y rechazo les mostraba. Afortunadamente las aguas se han calmado y hoy, gracias a la actuación de este gobierno el independentismo está en retroceso.

El otro mantra consiste en “Gobierno Frankenstein”, llegando a calificarlo del peor gobierno de la historia, por supuesto sin aportar datos que lo justifiquen. La maldad, atribuida al gobierno es tan grande, que se hace imprescindible “echar al Sanchismo” de la Moncloa. Desconozco los “méritos” para esta calificación. Sin embargo conviene recordar, para los amnésicos, algunos datos de anteriores gobiernos del PP.

Aún recordamos las prisas de Rajoy por ocupar la presidencia tras ganar las elecciones, al inicio de la Crisis del 2008 ya que, según él, la solución estaba en generar confianza en los mercados, cosa que ocurriría en cuanto se hiciera cargo del gobierno. No solo incumplió la mayoría de las promesas electorales, como la bajada de impuestos, sino que la salida de la crisis se prolongó diez largos años de austeridad y sacrificio de los débiles y pingues beneficios para los bancos, causantes de la crisis, a los que se les entregó miles de millones, incluidos los ahorros de la caja de pensiones.

Otra figura admirada por los seguidores del PP es José María Aznar. Solo comentar dos hechos extraídos de la prensa.

En su gobierno del año 2002 de 14 ministros 12 fueron “imputados, implicados o cobraron sobresueldos”, algunos de ellos terminaron en prisión como el caso de su vicepresidente y ministro de economía Rodrigo Rato, el gran artífice del milagro económico español.

Hace 20 años, en el 2003, metió a España en una guerra ilegal, mintiendo al pueblo español acerca de la existencia de armas de destrucción masiva por parte de Saddam Hussein en Irak. Hoy sabemos que quienes promovieron esta guerra conocían la falsedad del asunto y a pesar de ello destrozaron un país causando muchísimas muertes, niños incluidos. Todos los implicados de aquella infamia han mostrado “arrepentimiento” por ello a excepción de nuestro expresidente. También mintió un año después en relación al atentado terrorista de Atocha, culpando a ETA cuando se sabía que fue perpetrado por terroristas islámicos en respuesta a nuestra participación en la guerra. ¡Ay ETA! ¿Qué sería del PP sin ETA?

Seguramente estos hechos no son relevantes para quienes hacen las calificaciones del buen o mal gobierno.

En fin, solo queda la esperanza de que ese afán reaccionario que los medios trasladan sea una mentira más y que la población no haya perdido la memoria y la decencia en una época que Antonio Muñoz Molina ha definido como “la era de la vileza”, para poder seguir avanzando en ciencia, cultura y derechos.

La esperanza está en que aún queden el suficiente número de personas ajenas a la ceguera provocada por la afinidad partidista y por el odio inoculado en la sociedad, capaces de ver la luz y comprender que no estamos ante un problema de izquierdas o derechas sino de progreso en democracia o retroceso reaccionario hacia el autoritarismo, donde ciencia, cultura y derechos se debilitan a favor de privilegios para los poderosos y servilismo de los menesterosos.

Mi agradecimiento al amigo Goval por sus viñetas tan certeras.