jueves, 20 de septiembre de 2012

Frases que idiotizan

Carlo M. Cipolla en su inteligente y divertido ensayo sobre “Las leyes fundamentales de la estupidez humana”, nos dice evn la primera de éstas que: “Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo” y hace referencia a que ya los autores del Antiguo Testamento eran conscientes de la existencia de esta ley y la parafrasearon al afirmar que “stultorum infinitus est numerus”, obviamente como en tantas otras afirmaciones estos autores estaban equivocados, ya que es imposible un número infinitrVo de estúpidos en una población finita de individuos.

Lo anterior viene a colación por el uso que nuestros gobernantes vienen haciendo de frases que aparentemente reflejan sabiduría, pero que a poco que las analicemos nos damos cuenta que no solo no lo son, sino que son tan estúpidas que idiotizan tanto al que las pronuncia como al que las escucha de manera acrítica y las acepta. Por lo que dado el éxito que tienen me temo que aseveración de la primera regla está bastante avalada por los hechos.
¿A qué frases nos referimos?
Como justificación de los “recortes” que se vienen produciendo en nuestro país a raíz de la “estafa” mundial que venimos padeciendo, nuestro presidente Sr. Rajoy en mas de una ocasión ha declarado en tono solemne que: “No hay dinero en las cuentas públicas” y “No podemos gastar mas de lo que tenemos” y , a modo de docente, hace analogía con la economía de un hogar para que la “plebe” sea capaz de entender las elevadas explicaciones, y efectivamente las entienden y, por desgracia, se las creen.
Aunque se trata de una falacia evidente, pues todos los gobiernos, y las familias en un elevado número, se apoyan, en la sociedad capitalista en la que vivimos, en el crédito y lo correcto sería afirmar que “no podemos gastar mas de lo que previsiblemente y razonablemente podamos pagar” en los plazos previstos. Sin embargo sigámosle la corriente y aceptemos como veraz el contenido de la frase.
Imaginemos un hogar compuesto por papá Rajoy y mamá Cospedal, con varios hijos, llamados: “Empleados públicos”, “Parados”, “Pensionistas”, “Discapacitados”, “Inmigrantes”, “Banqueros”, “Iglesia Católica” y “Grandes Empresarios”.
En ese hogar resulta que tienen dificultades económicas, de manera que “los gastos superan a los ingresos” (según cifras actuales se gasta el doble de lo que se ingresa) y como eso no es “bueno”  los cabezas de familia, papá Rajoy y mamá Cospedal, deciden terminar con ese estado de cosas y en vez de hacer un análisis de por qué no salen las cuentas, lo que les hubiese llevado a la conclusión de que tres de sus hijos: “Banqueros”, “Iglesia Católica” y “Grandes Empresarios”, están derrochando y además no realizan las aportaciones que debieran al hogar, pues se trata de unos “hijos consentidos y malcriados” a los que todo se les permite y nunca se les ha exigido la menor disciplina; en cambio los otros cuatro siempre ha sido disciplinados aportando lo que podían y recibiendo bastante menos de lo que les hubiese correspondido (España, como ha mostrado el profesor Vincent Navarro está por debajo de las aportaciones en gasto social del grupo de los Euro 15). Pues bien a los malcriados no solo no les recortan sus excesos, sino que cubren con prestamos sus pérdidas en el casino y sus gastos en lujos  de todo tipo, y en cambio, se ensañan con los otros cuatro más débiles a los que les restringen aún mas sus precarias condiciones económicas.
Y a esta manera de actuar lo designan con otra frase estúpida, pues nos dicen que “están tomando medidas difíciles y valientes” para solucionar el problema del hogar, cuando en realidad están siendo cobardes al empobrecer aún mas a los que ya lo eran, aprovechándose de su debilidad, y seguir protegiendo a los que “están viviendo por encima de las posibilidades del hogar España”, a costa de los que aumentan el circulo de parados y pobres, que son a los que con otra frase estúpida se les ha convencido que son ellos los que “han estado viviendo por encima de sus posibilidades”.
Decía la Sra. Botella, alcaldesa de Madrid, en unas declaraciones en prensa que “…la inyección de dinero a la banca era necesario ya que esta es a la sociedad lo que la sangre al cuerpo humano”, quizás en este sistema capitalista en el que vivimos tenga razón, pero es necesario profundizar en la analogía, para darnos cuenta que tras la aparente sabiduría, nos encontramos ante otra frase estúpida. Veamos.
¿De donde sale la sangre (dinero) que se le inyecta a la banca?. Del resto de los ciudadanos.
 De manera que se le extrae sangre a los debilitados ciudadanos para inyectársela a los glotones banqueros.
Como dice Vincent Navarro “En realidad, el BCE ya ha proveído un billón de euros desde diciembre de 2011 a los bancos europeos. La mitad de esta cantidad ha ido a los bancos españoles e italianos. De ahí que los bancos europeos, incluyendo los españoles, no tengan –en contra de lo que se dice- falta de liquidez, es decir, de dinero. En realidad, los bancos europeos tienen mucho, mucho dinero. Lo que ocurre es que gran parte de este dinero lo tienen depositado, es decir, guardado en las arcas del propio BCE. Ahí está, guardado bajo llave, beneficiándose de la seguridad que ofrece el BCE y sus unidades satélites, los Bancos Centrales de cada país.”
El problema es que los bancos no actúan como organismos normales sino que a manera de vampiros su necesidad de “sangre-dinero” es insaciable y han encontrado en una ideología neoliberal y en la mediocridad-complicidad de los políticos que nos gobiernan sus aliados para llevar a buen término la sangría de los países y sus ciudadanos.
Ante esta situación los ciudadanos no podemos seguir permitiendo que nos sigan sangrando, a modo de los antiguos tratamientos médicos, pues pronto nos ocurrirá como al rey Jorge III de Inglaterra, que padecía una “locura” (hoy se piensa que podría ser consecuencia de una enfermedad llamada porfiria e incluso de posible envenenamiento por arsénico) que murió, ante la perplejidad de los médicos, pues ésta se produjo "a pesar de que lo habían sangrado en múltiples ocasiones".
No permitamos que un grupo de desalmados, camuflados bajo siglas rimbombantes (BCE, FMI, OCDE, etc) nos arrebaten el presente y destruyan el futuro de nuestros hijos y nietos.
Rebelémonos.