“La gran estafa llamada crisis” (I)
El pasado sábado día 22 de diciembre, dos miembros de EQUO, Antonio Pintor y Félix Igea, participaron en una charla-coloquio con los vecinos y vecinas de Conquista (Córdoba), en la Casa de la Cultura. El evento, titulado “La gran estafa llamada crisis”, ilustró a las veinte personas participantes sobre las causas, los protagonistas, las consecuencias y las alternativas a la misma.A lo largo del evento se expuso el concepto de crisis en todas sus vertientes: alimentaria, social, ética, ecológica, financiera, inmobiliaria, bursátil y política. Asimismo se explicó el plan llevado a cabo por los estafadores y las posibles soluciones alternativas a esta estafa. Se propusieron soluciones tanto personales como políticas. Algunas de estas reflexiones se expresan a continuación.
De las diferentes acepciones de la palabra crisis, las que más se aproximan al significado popular son las que hacen referencia a una situación que no funciona y que ocasiona un cambio. Sin embargo, ante la crisis económica se ha instalado con fuerza la acepción referente a escasez y carestía, como si además se tratase de algo que se ha producido de manera natural. Algo similar a un terremoto, un tsunami o cualquier otro desastre ocasionado por las fuerzas de la naturaleza, y no como consecuencia de una manera de hacer política y un modelo económico concreto. Es el caso del capitalismo en su versión más salvaje en cuanto a desregulación y falta de control, lo que se conoce como neoliberalismo.
Es conveniente aclarar que se trata de una crisis sistémica, es decir, que va intrínsicamente vinculada al sistema capitalista, que forma parte de su esencia y que es además poliédrica, o sea, con múltiples caras o manifestaciones. Destacan por su gravedad la alimentaria, ecológica, política, social y por supuesto financiera y económica.
Tras la 2ª Guerra Mundial, en la que murieron entre 45 y 70 millones de personas —cerca de 40 millones en Europa—, el presidente de los Estados Unidos convocó el 1 de julio de 1944 a 44 naciones en el complejo hotelero de Bretton Woods con el objetivo de llegar a la paz y prosperidad con una política librecambista, creándose dos organismos clave en la economía actual.
Uno de ellos fue el Banco Mundial. Entre sus propósitos declarados (aunque no cumplidos) están, reducir la pobreza mediante préstamos de bajo interés, créditos sin intereses a nivel bancario y apoyos económicos a las naciones en desarrollo. Está integrado por 186 países miembros.
El otro organismo que se creó fue el Fondo Monetario Internacional. Éste busca fomentar la cooperación monetaria internacional, afianzar la estabilidad financiera, facilitar el comercio internacional, promover un empleo elevado y un crecimiento económico sostenible y reducir la pobreza en el mundo entero.
Pero como se ha expresado en el título del artículo, se trata de una gran estafa. Y como en toda estafa, se necesita un plan, unos estafadores y unos sujetos a los que estafar.
“La gran estafa llamada crisis” (II)
Como se introducía en la primera parte del artículo, no hay estafa sin un plan, unos estafadores y unos estafados. Siguiendo estos términos como puntos principales, continúa el resumen de la interesante charla coloquio del pasado 22 de diciembre.EL PLAN
La Teoría Neoliberal es la doctrina económica que considera al mercado como el mejor y más eficiente productor y distribuidor de los recursos. Siguiendo sus recetas, se han eliminado todas las leyes que regulaban las finanzas, dejando a los Estados limitados a ser un instrumento para reforzar su modelo. Esto lo hemos podido comprobar con las enormes cantidades de dinero destinadas al rescate financiero y las modificaciones legales que se están produciendo en nuestro país con objeto de “mercantilizar” todo lo público (sanidad, educación, pensiones, etc.).
Otro de los elementos sobre los que se asienta el plan es el miedo, mediante la aplicación de la “Doctrina del Shock”. Métodos basados igualmente en el miedo fueron aplicados cruelmente en Chile por Pinochet y en Argentina por la Junta Militar (en la actualidad condenados por crímenes contra la humanidad).
LAS MENTIRAS DE LA GRAN ESTAFA
“El déficit y la deuda del Estado son causa de la crisis”. Esto nos ha llevado a pensar erróneamente son objetivo prioritario a resolver, y que ambos no son consecuencia de las enormes ayudas al sector financiero, ni de la facilidad para no pagar impuestos de las grandes fortunas.
“No podemos gastar más de lo que ingresamos”. Se trata de otra falacia evidente, pues dentro de la sociedad capitalista en la que vivimos, todos los gobiernos, así como un elevado número de familias, se apoyan en el crédito. Lo correcto sería afirmar que “no podemos gastar más de lo que previsiblemente y razonablemente podamos pagar” en los plazos previstos.
“Hay un exceso de empleados públicos”. Estamos muy por debajo de la media de los 15 estados más desarrollados de la Unión Europea, entre los que se encuentra nuestro país.
“Es necesario inyectar (regalar) dinero a los bancos”. No es cierto que sea una necesidad, es una opción que protege a los bancos prestamistas (alemanes, franceses, ingleses, etc.) a costa de los ciudadanos. Como se ha hecho en Islandia, se podían haber garantizado los depósitos de los clientes y dejar caer a los accionistas, que son los que han especulado.
“Hemos vivido por encima de las posibilidades”. En realidad lo que se ha hecho es estimular el endeudamiento de ciudadanos, empresas y gobiernos por parte de los grupos financieros. Se han facilitado créditos sin ninguna garantía, a sabiendas de que no corrían verdadero riesgo, ya que detrás estaban los organismos nacionales e internacionales que saldrían en su ayuda aún a costa de aumentar el círculo de parados y pobres. A éstos se les ha convencido que son ellos los que “han estado viviendo por encima de sus posibilidades”, y no a los especuladores financieros.
“No hay alternativas”. Por supuesto que las hay, solo tenemos que leer o escuchar a economistas y analistas diferentes a los “creyentes” neoliberales, como Krugman, Stiglitz, V. Navarro, J. Torres, etc., que aportan una visión diferente sobre el camino a seguir.
EL MECANISMO
Como toda persona medianamente informada sabe, la “crisis” económica que nos asola no es consecuencia de la elevada deuda pública de los estados, sino de la deuda privada, es decir, de los bancos, de los empresarios, y en menor medida, de los ciudadanos. Son los gobiernos los que han aumentado su deuda pública al utilizar el dinero de los ciudadanos para ayudar a los banqueros.
Al mismo tiempo, en la Unión Europea se han autoimpuesto una serie de normas que impiden utilizar el dinero público de los estados para poder salir al frente de sus gastos corrientes, recaudándose a través del Banco Central Europeo. De esta manera, el Banco Central Europeo recauda dinero de los estados y se lo presta a los bancos para que éstos se lo presten a los estados. En ese circuito de préstamo, los bancos sacan una buena tajada a través de los tipos de interés, que suelen ser entre 3 o 4 veces superiores a los que ellos pagan. Ahí está la estafa.
Es una trampa diabólica, de la que la única manera de salir es cambiar las normas que la están haciendo posible. Para ello necesitaríamos políticos comprometidos con los ciudadanos, y no con los poderosos banqueros. Aunque éste tipo de políticos existe, se encuentran apartados de la toma de decisiones y apenas tienen visibilidad en los medios.
ESTAFADORES Y ESTAFADOS
Los estafadores son el 1% de la población, quienes concentran las mayores fortunas y constituyen una Plutocracia, es decir, el gobierno del dinero. También los conocemos como MERCADOS.
Son colaboradoras las Agencias de Rating, que con sus opiniones exentas de responsabilidad pueden llevar a la ruina a todo un país. Y el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, ambas instituciones presididas en los últimos años por personajes imputados y/o condenados por delitos: Jean-Claude Trichet , Mario Draghi, Christine Lagarde, Dominique Strauss-Kahn, Rodrigo de Rato y Figaredo. Mediante este sistema, los altos directivos de las organizaciones económicas y financieras, así como de instituciones gubernamentales, son los mismos que van alternando de unos puestos a otros. Es lo que se conoce como la “teoría de las puertas giratorias”.
Al otro lado, los estafados: los pueblos de los estados en los que se aplican estas medidas, y que constituyen el 99% restante.
Antonio Pintor, miembro de EQUO