Martes
8 de abril, el presidente de Europa Laica, Francisco Delgado, presenta su libro
“Evanescencia de la escuela pública” en el Rey Heredia. Al llegar varias furgonetas
de la policía están aparcadas en la puerta del colegio, varios agentes salen
del mismo y tras subirse en ellas se marchan. Han ido a comunicar y colgar en
la puerta del edificio la cédula de notificación judicial mediante la cual se comunica
que disponen de un mes de plazo para abandonarlo.
A
las 20.30 se celebra una asamblea en el patio del colegio a la que asisten
varios centenares de personas, en la que se informa de la situación y se
realiza un turno de micrófono abierto en el que los participantes sacan su
rabia, angustia y preocupación ante
tanto sinsentido, algun@s tienen dificultad para hablar debido a la emoción que
los atenaza y las preguntas que se lanzan al aire como: ¿Qué ocurrirá con las
cien familias que acuden a comer al colegio?¿Las clases de idiomas, de guitarra
y otras materias? ¿Las sesiones de terapia, yoga...? ¿La magnifica biblioteca
que han conseguido montar de la nada?¿La emisora? Etc.
El
Rey Heredia mediante la “Acampada por la Dignidad” es un ejemplo de la puesta
en practica de la parte empática, solidaria y altruista de la naturaleza
humana. ALTRUISMO de verdad, sin buscar premios en la tierra ni en los cielos,
solamente el placer de ayudarse ayudando a los demás.
El
primer valor que se menciona en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos es la Dignidad, cuyo significado es el “valor en igualdad, sin
condiciones e inalienable” que poseen TODOS los seres humanos.
Con
este valor-derecho como bandera un grupo de buenas personas, algunas de ellas
al borde de la desesperación, han conseguido crear un espacio de libertad
aplicando la solidaridad, el altruismo, la cooperación y el apoyo mutuo.
En
una sociedad en la que se promociona el egoísmo, la competencia y el
individualismo, aparece este pequeño espacio en el que se defienden y se
practican los valores opuestos. Algo similar a la aldea gala de Asterix que era
un espacio libre del poderío romano, el Rey Heredia con su “Acampada Dignidad” ha conseguido ser un espacio de libertad, generosidad y altruismo,
rodeado y amenazado por los principios y “valores” del neoliberalismo que
padecemos.
La
otra cara de la naturaleza humana, el egoísmo, la competencia, la crueldad y la
insensibilidad hacia el sufrimiento de los demás se nos ha hecho presente
mediante la actuación del Consistorio municipal y la aplicación de la ley, que
no de la justicia, por parte del juez.
Resultaría
escandaloso ,si no estuviésemos inmunizados ante tanta desfachatez, que ese
mismo Consistorio, con el Sr. Nieto a la cabeza, que tanto empeño han puesto en
impedir que el proyecto del Rey Heredia prosperase, el viernes día 4 de abril,
es decir, cuatro días antes, en el orden del día de la Junta de Gobierno Local
en su punto 9 dice: “Proposición del Sr. Teniente de Alcalde Delegado de
Hacienda, Gestión y Administración Pública, de cesión de uso en precario (cesión gratuita de Bienes Patrimoniales de
las entidades Públicas) del inmueble sito en Huerto San Pedro el Real a
favor de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba”. No se si se los
ciudadanos son capaces de comprender la gravedad de estos hechos, vayamos por
partes. Un edificio público, antiguo
colegio, cerrado y sin ningún uso por parte del Ayuntamiento de Córdoba, es
solicitado por diversos colectivos para
que desde ese Ayuntamiento se le dé un uso social para el barrio y ante la
negativa de éste, un grupo de personas, en nombre de la dignidad, deciden ocuparlo y ponerlo en
uso para dar respuesta a las necesidades de los vecinos, al margen del Ayuntamiento
que no solo no ayuda sino que entorpece cortando el agua y mandando a la
policía. En ningún momento los ocupantes han pretendido apropiarse de nada,
todo lo contrario, han aportado su esfuerzo y limitados recursos para
convertirlo en un espacio digno en apariencia y en esencia. Esos mismos gobernantes locales proponen y
aprueban “regalar” un espacio público a un grupo de personas agrupadas en
Cofradías. De la misma manera hace unas semanas defendieron y aprobaron que la
Mezquita-Catedral pertenezca a la Iglesia Católica en contra de quienes
defendemos su titularidad pública. De locura
Vivimos
en una sociedad en la que defender derechos humanos como la dignidad de las
personas te sitúa fuera de la ley y te convierten en un antisistema (dándole
una connotación negativa a este término).
Que
puede haber de justas en unas leyes que permiten desalojar un centro que ha
sido rehabilitado por los vecinos para ofrecer comida, educación, terapias,
cultura y lo mas importante de todo la posibilidad de dar sentido a sus vidas y
recuperar las ganas de vivir al sentirse útiles colaborando y ayudando a los
demás.
Esas
mismas leyes que obligan a un juez a poner en libertad a un grupo de
narcotraficantes detenidos con toneladas de droga.
Decía
el filosofo e historiador Howard Zinn: “Históricamente las cosas más terribles
(guerra, genocidio, esclavitud) resultaron no de la desobediencia, sino de la
obediencia”, y como ejemplo tenemos en nuestra reciente historia en la que en
cumplimiento de las leyes en la Alemania nazi se exterminaron millones de
personas y como dijo Adolf Eichmann, responsable del transporte a los campos de
exterminio, cuando fue secuestrado y juzgado en Jerusalén, él solo se limitó a
cumplir ordenes y obedecer las leyes con la máxima diligencia, por lo que se
sentía orgulloso del trabajo bien hecho, según las leyes vigentes. Las
consecuencias de su “bien hacer” no era responsabilidad suya, sino de quienes
hicieron las leyes y daban las ordenes.
Hoy
nos sentimos orgullosos de las personas que en aquellos tiempos de barbarie e
injusticia se opusieron a esas leyes arriesgando sus vidas, su libertad y su
bienestar, y nos avergonzamos de quienes cumplieron las leyes o miraron hacia
otro lado.
Quizás
haya llegado la hora de que los ciudadanos nos planteemos si es ético obedecer
las leyes que nos imponen desde un gobierno que ha llegado al poder con
mentiras y corrupción, que legisla en beneficio de los poderosos (Iglesia
Católica, Banca, Eléctricas, Monarquía…) y contra los ciudadanos de a pie,
especialmente los mas vulnerables (desempleados, ancianos, enfermos,
discapacitados,…)
Pero
cuidado, aunque había lágrimas en los ojos de los asistentes eran fruto de
tanta ignominia y crueldad por parte de nuestras autoridades (municipales y
judiciales) y mostraban la rabia y el coraje que estas buenas personas estaban
experimentando, una rabia que se canalizará en acciones para defender lo que
con tanto esfuerzo han conseguido.
Los
ciudadanos de Córdoba tenemos la ocasión de recuperar la dignidad, perdida
cuando elegimos al actual Consistorio, defendiendo y consiguiendo que la
“Acampada Dignidad” continúe su labor humanitaria en el Rey Heredia.
Ahora nos toca a tod@s aportar nuestra ayuda, por lo que si compartes lo aquí
expuesto únete y colabora en su defensa.
Córdoba
9 de abril de 2014
Miembro de EQUO
Miembro de EQUO
Muy bueno Antonio. Esto ya no tiene nombre. Me quedo con tu frase "Vivimos en una sociedad en la que defender derechos humanos como la dignidad de las personas te sitúa fuera de la ley y te convierten en un antisistema (dándole una connotación negativa a este término)"
ResponderEliminarYo hace tiempo que me considero "antisistema" porque desde luego esto que hacen llamar "sistema" que consiste en estafar, robar y aplicar la injusticia sin ningún tipo de pudor no lo quiero y lucho cada día desde mi pequeña aportación para que cambie.
Rocío, también miembro de EQUO
Hola Antonio,Evidentemente no conozco el centro Rey Heredia, pero me suena paralelo a algunos otros sitios que se ven en otros países y que sobreviven. Será que incluso siendo toda la Europa Occidental "lo mismo" aquí tengamos unos liberales más liberales que allí?
ResponderEliminarSólo hay una solución y son las elecciones, o?